4 de febrero de 2014

Como una flor en primavera.

Y pensé que se me caía el mundo al perderte, y en realidad lo hizo, se me cayó y se quebró en miles de pedacitos rompiendo sueños y planes de futuro, haciéndome valorar aún más el tiempo y consiguiendo que me aferrara a todos y cada uno de los recuerdos en los que apareces, felices y amargos, fríos y no tan fríos pero al fin y al cabo momentos a tu lado.
Te han arrancado de mi vera como un crío arranca una flor en primavera admirando su belleza pero ignorando el daño que le va a causar, y la verdad no se me ocurre mejor comparación, hermosa y brillante por fuera pero con un gran y triste sacrificio a lo largo de su camino. Contigo he sufrido, no sabes hasta qué punto lo sigo haciendo, solo intento que el tiempo pase lo más deprisa posible, pero al mirar mi muñeca el minutero corre aún más despacio, el tiempo se va realentizando y la espera se hace eterna, o eso es lo que me parece a mí. No podré seguir así mucho tiempo, no podremos, ninguna de nosotras.
He de reconocer que se me hace más fácil escribir esto sabiendo que probablemente no lo vas a leer pero aún así tengo un nudo que lleva tiempo anidando en mi garganta cada vez que algo me recuerda a ti, lo cual suele ser casi las 24 horas del día.
Te quiero de vuelta, aunque cueste sudor y sangre, porque esta chica no puede sostenerse sin uno de sus pilares. Esto es cosa de todas y no podemos continuar si no estás. Te lo repetiré miles de veces hasta quedarme afónica, te lo haré ver incluso después de eso: Esto no es nada, no sin ti. Te necesito.